Puedo prometer y prometo… oh, wait! ¿No había dicho eso ya en otra ocasión? Durante el último año mi vida ha dado un giro de 180º. Y ahora, en pleno cumplimiento de los propósitos de año nuevo, retomo este blog, que es una ventana a través de la que compartir mis idas y venidas entre fogones.

A lo largo de los últimos 15 meses se han cruzado en mi camino una serie de personas y circunstancias maravillosas: un nuevo trabajo, unos compañeros pa’ comérselos, una nueva casa, un nuevo barrio y dos aficiones tan geniales como el yoga y el vino. Para que todas estas cosas tan bonitas cupieran he tenido que mandar al Caribe a gente tóxica y he tenido que entender que habrá muchos sueños que nunca cumpliré.

Uno de los momentos más complicados ha sido asumir que nunca abriré mi boulangerie soñada en Madrid. Nunca haré el café más rico del mundo ni deleitaré a toda la ciudad con mis tartas, bizcochos y galletas. Nunca daré el mejor brunch del centro y nunca podré pintar la madera de la entrada en color amarillo o en verde menta.

Pero…¡eh! No es el fin del mundo. Sigo horneando en casa, ahora en una cocina unas 8 veces más grande que la última vez que posteé algo; cuando llevo algún pastel a la oficina en la que trabajo todos mis compañeros se deshacen en halagos (y oye, qué bien viene para la autoestima) e incluso, algunos días, hay quien tiene a bien que mis dulces estén en sus celebraciones y me hacen encargos.

¿El balance es positivo? Yo digo SÍ. 

Para no dejar de fantasear desde este pequeño rincón virtual, os dejo con esta maravillosa receta de chocolate truffle cookies (o galletas trufadas, como prefiráis), perfectas para la sobremesa o, por qué no, para hacer un regalo.

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Chocolate Truffle Cakes

Receta del libro Home Sweet Home, de The Hummingbird Bakery

Para 24 galletas:

  • 160 gramos de harina
  • 50 gramos de cacao en polvo
  • 1/2 tsp de levadura (polvo de hornear)
  • 180 gramos de azúcar (si es caster sugar, mucho mejor)
  • 50 gramos de mantequilla a temperatura ambiente y cortada en dados
  • 2 huevos
  • 20 mililitros de tu licor favorito
  • 100 gramo de azúcar glass, para cubrir

Prepara dos bandejas de horno con papel sulfurizado. Tamiza la harina, el cacao y la levadura en un bol pequeño. Añade el azúcar. Usando los dedos, integra la mantequilla con los ingredientes secos, de tal manera que la mezcla quede como si fueran migas de pan.

En un vaso o un cuenco aparte, mezcla el huevo con el licor. Añade esta parte líquida al resto de ingredientes. Al principio parecerá que la masa está muy seca, pero en cuanto la trabajamos un poco estará perfecta. Envuelve la masa en papel de film y deja que repose en el frigorífico durante unos 30-40 minutos.

Precalienta el horno a 180ºC. Coloca el azúcar glass en un bol. Haz bolas de masa del tamaño de una nuez y reboza cada bola en azúcar glass hasta que esté totalmente cubierta. Disponlas en la bandeja bien separadas y hornéalas durante unos 10-12 minutos. Deja que se enfríen completamente antes de servir.

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Espero que os gusten y que os animéis a hacerlas. ¡No pueden ser más fáciles! Mientras tanto, seguiré pensando en recetitas para compartir con vosotros.

Keep baking!

Cris

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